Stefano Bullo, Aldo Giuponi, Damiano Gorup-de Besanez, Ignazio Pavanini, Saverio Pastor (quien dejó el grupo en 1999), a partir de abril de 1980, deciden dar vida a un taller artesanal que responde al deseo común de ser parte de la cualificada y tradicional fila de marangoni y remeros venecianos. A Ignazio, ya estudiante de Letras y con un efectivo aprendizaje en importantes talleres artesanales de Venecia, se le encomienda la tarea de representar a la empresa y ser su director general. Stefano será, naturalmente, jefe de carpintería y responsable de tiempo y métodos: su experiencia refinada trabajando junto a los más importantes ebanistas marangoni y venecianos es demasiado importante, haciéndose conocido y apreciado por arquitectos y diseñadores famosos que, luego, le fueron "fieles". . Para Aldo, pulcro, preciso, milimétrico (es un experto en aeronáutica) con un amor natural por los detalles constructivos y la resolución de problemas técnicos, sólo se le podía encomendar la función de dirección de obra y presupuestos: una garantía para el taller, para los clientes, para la producción en general. Finalmente Damiano, quien como estricto encargado del departamento de acabados y pinturas (cuando estaba rociando, frente a la cabina de agua en cascada, "completamente vestido" no debe molestarlo por ningún motivo porque la presencia de extraños podría afectar negativamente la calidad del producto final), se ha transformado, gracias también a sus habilidades informáticas añadidas, en el jefe del sector administrativo e informático de Spazio Legno. Hoy este grupo ha sido capaz de conquistar un lugar de protagonismo absoluto en la producción artesanal veneciana. Los campos de intervención van desde la carpintería especializada hasta la producción de muebles "a medida"; desde marcos de puertas y ventanas particularmente bien acabados y exclusivos, que en Venecia siempre tienen el carácter de extraordinario, hasta la construcción naval menor. Y de nuevo: azoteas, restauraciones, stands de exposición o eventos culturales (el Premio Campiello por citar los más conocidos) - participación en mercados-exposiciones internacionales de construcción naval en madera. Las principales y difundidas revistas italianas de arquitectura, mobiliario y artesanía han cubierto la obra de Spazio Legno en varias ocasiones. Sin embargo, esta variada producción tiene un denominador común, una filosofía que no se puede pasar por alto: todos los materiales y fases de trabajo se someten a estrictos controles antipolución, tanto a favor de las personas como de las cosas; tanto en el medio interno como externo. En el otoño de 1998, Spazio Legno trasladó su sede y taller de carpintería a los amplios y cómodos galpones del Consorcio de Construcción Naval Minore Veneziana, a los antiguos Astilleros Giudecca, de los cuales es miembro del consorcio.