Hélène Kuhn nació en Nancy, Francia, en una familia de músicos: su madre tocaba el piano y el violín. A los veintiún años partió para una experiencia de estudios en Inglaterra donde conoció a su futuro esposo, el pintor veneciano Bobo Ferruzzi, quien le enseñará la técnica del molde para pintar sobre tela, con la que la artesana crea hoy sus coloridos tapices. En 1984 Hélène abrió su primer taller en Venecia junto con Nora, la hija de Bobo, un pequeño espacio en Campo San Maurizio, un lugar de encuentro, y luego se mudó en 1993 a su ubicación actual cerca del Museo Guggenheim donde continúa maravillándose de los encuentros que recuerdan sus tejidos. Los nombres propuestos son indicativos de sus creaciones: geometrías, vibraciones, líneas, esferas, escrituras. Son colecciones que persiguen la búsqueda de tonos y 'oscilaciones vibratorias' que llevan a Hélène Ferruzzi a ver sus obras expuestas por todo el mundo.